Como sistema de producción agrícola, la Biodinámica, filosofía creada por el austríaco Rudolf Steiner (1861-1925), contempla el campo de cultivo como un organismo vivo e incluye una dimensión espiritual en la relación entre el hombre y la tierra.
Priman los principios de diversificación, el respeto sobre el medioambiente, el reciclaje, la exclusión de químicos, la producción local, así como el uso de sustancias vegetales, animales y minerales expuestas a ritmos naturales.
Son los llamados preparados biodinámicos, utilizados para armonizar los distintos procesos vitales en los abonos, las plantas o el suelo.
(Rudolf Steiner (1861-1925). Creador del método educativo Waldorf.)
La siembra, la plantación y la cosecha, están determinados por un calendario lunar, que especifica los días y las horas más adecuados para realizar cada labor.
La biodinámica rescata la sabiduría milenaria del respeto a los ciclos naturales consiguiendo unos productos más sanos y libres de tóxicos que recuperan el auténtico sabor y aroma.
La certificación de los procesos depende de la Consultora Internacional DEMETER.
Desde sus comienzos, en La Matilde, se emprendió un trabajo donde lo natural y lo humano integran una misma unidad, respetando todos los aspectos de la agricultura biodinámica como método y forma de vida.